Misael Sánchez
La precisión en la delimitación territorial ha sido históricamente un reto en la protección de áreas naturales.
En Oaxaca, tras décadas de incertidumbre sobre los límites exactos de la zona de reserva ecológica establecida en 1992, el ingeniero Joel Isidro Inocente, secretario de la Comisión de Límites del Estado, ofreció una explicación técnica sobre el complejo proceso para definir con exactitud el polígono que abarca esta área natural protegida.
El origen del problema radica en un anexo gráfico publicado en el decreto oficial de 1992, cuya representación cartográfica, basada en métodos rudimentarios de la época, carecía de coordenadas precisas.
Este vacío técnico generaba confusión entre los habitantes, con algunos afirmando estar dentro de la reserva y otros negándolo.
Sin una metodología clara, las disputas sobre los derechos territoriales persistían.
“Nadie sabía hasta dónde llegaba el polígono, generando problemas legales y administrativos que impactaron el desarrollo de la región”, señaló Isidro.
La solución a este dilema comenzó con la orden de realizar un levantamiento topográfico exhaustivo.
A partir de esa instrucción, la Comisión de Límites se embarcó en un detallado análisis del decreto de 1992, recopilando la información histórica disponible.
Posteriormente, recurrieron a cartas topográficas de 1987 del INEGI, digitalizándolas con herramientas avanzadas como Globe Mapper y AutoCAD 2020, lo que permitió georreferenciar con precisión el polígono original.
“Gracias a la tecnología moderna, logramos delimitar los puntos de control geodésicos con una exactitud milimétrica, lo que nunca antes se había logrado”, explicó el ingeniero.
El trabajo no se limitó a la revisión documental.
Durante los meses de abril y mayo, los equipos técnicos de la Comisión realizaron un recorrido de campo, identificando vías de acceso y marcando físicamente los vértices del polígono.
Este proceso, que involucró la instalación de 23 puntos de control georreferenciados y la ubicación de 371 vértices, resultó en un mapa preciso de 1,239 hectáreas de superficie, con un perímetro de 35.98 kilómetros lineales.
“Cada punto de control se posicionó durante al menos tres horas para captar señales satelitales de alta precisión, un trabajo minucioso que nos permite, por fin, tener claridad sobre los límites de la reserva”, destacó Isidro.
El avance técnico en la delimitación geodésica no solo resuelve disputas territoriales, sino que también proporciona una base sólida para futuras decisiones ambientales y legales.
Este hecho marca el inicio de una nueva etapa en la conservación y gestión de la reserva ecológica, asegurando que el desarrollo urbano no interfiera con la protección del medio ambiente.
Con este esfuerzo, Oaxaca no solo define sus límites geográficos, sino también su compromiso con la conservación del patrimonio natural.
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