Misael Sánchez
San Andrés Ixtlahuaca, un municipio ubicado a tan solo 12 kilómetros de la ciudad de Oaxaca, es un ejemplo vivo de cómo una comunidad puede transformar su destino a través de la gestión del agua y la preservación del medio ambiente. Esta pequeña localidad, presidida por Delfino Sánchez Ramírez, ha construido un legado de más de 25 años dedicado a la conservación de su principal recurso natural: el agua. Su esfuerzo colectivo no solo ha garantizado el sustento de sus habitantes, sino que ha generado un impacto positivo en municipios vecinos y en la propia capital oaxaqueña.
El liderazgo de la comunidad se ha centrado en una estrategia de largo plazo, basada en la construcción de retenes y obras de conservación de suelo y agua. Este enfoque ha permitido a San Andrés Ixtlahuaca no solo asegurar el agua para sus propios habitantes, sino también compartir este vital recurso con localidades vecinas como Santa María Atzompa y San Pedro Ixtlahuaca, que dependen del mismo sistema hídrico. En un contexto donde la escasez de agua se ha convertido en una problemática cada vez más acuciante, este municipio ha demostrado ser un modelo de autosuficiencia y colaboración regional.
Delfino Sánchez Ramírez, en un reciente evento encabezado por el gobernador del estado, no ocultó su gratitud por los avances logrados bajo la administración actual. Después de más de quince años buscando apoyo, finalmente en el último año se logró limpiar nueve de las 22 represas que posee la comunidad, permitiendo el almacenamiento de 203 mil metros cúbicos de agua. Este logro, que parecía inalcanzable por muchos años, hoy es una realidad que beneficia a miles de personas no solo en San Andrés Ixtlahuaca, sino en las poblaciones que dependen de sus fuentes de agua.
El agua como fuente de vida y desarrollo
El agua no es el único recurso que San Andrés Ixtlahuaca ha gestionado de manera eficiente. La comunidad ha logrado modernizar su agricultura, tecnificando el riego en catorce hectáreas de invernaderos, que producen una amplia variedad de alimentos frescos, como ejotes, tomates y jitomates. Aproximadamente el 90% de las guías de productos que llegan a la ciudad de Oaxaca provienen de este municipio, que ha logrado convertirse en un pilar en la producción agrícola de la región.
Este enfoque integral en la sostenibilidad también ha generado un fenómeno de retorno migratorio. “Mucha gente que estaba en Estados Unidos ha regresado a la comunidad a buscar una oportunidad”, expresó Sánchez Ramírez, quien resaltó que, gracias al apoyo del gobierno estatal, los habitantes ahora encuentran en San Andrés Ixtlahuaca un lugar donde prosperar. Este retorno de talento y fuerza laboral ha revitalizado la comunidad, devolviendo la esperanza a quienes alguna vez se vieron obligados a migrar por la falta de oportunidades locales.
La agricultura, un legado que sigue creciendo
San Andrés Ixtlahuaca no solo se enfoca en la gestión del agua y la modernización de la agricultura, sino también en programas de autosuficiencia alimentaria. Con el apoyo del gobierno estatal, se han sembrado ocho hectáreas de maíz, beneficiando a 137 productores locales. Estos programas, que proveen semillas, fertilizantes y otros insumos, han garantizado que la comunidad mantenga un suministro seguro de alimentos, lo que a su vez genera empleos y asegura el bienestar de las familias que dependen de la tierra para subsistir.
El agradecimiento de Sánchez Ramírez al gobernador y a los colaboradores que han apoyado a su comunidad refleja la importancia de una administración que reconoce el valor de la sostenibilidad y el trabajo comunitario. San Andrés Ixtlahuaca es hoy un ejemplo de cómo, con visión y apoyo adecuado, una comunidad puede enfrentar sus desafíos y transformarse en un referente de autosuficiencia, sostenibilidad y desarrollo agrícola.
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