MISAEL SÁNCHEZ
Hay pueblos originarios de Oaxaca que han sido sojuzgados, vilipendiados e incomprendidos, por ello, más allá de los actores políticos, el diálogo con la Nación Triqui abre una esperanza para consolidar la paz en una de las regiones mixtecas con mayor reconocimiento indígena.
El trabajo que se realiza en la actual administración para restablecer la paz debe llevar el compromiso de resolver conflictos que durante años han provocado no solamente baños de sangre y desplazamientos, sino también una pérdida de identidad de algunas comunidades.
Cuando el gobernador Salomón Jara instala las mesas de diálogo, renace la esperanza para los pueblos que durante años han demandado atención a sus necesidades.
Desde que inició el sexenio se habló de una reparación histórica y es el momento de dar a cada uno de los pueblos lo que corresponde para la construcción de la paz con justicia.
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